marzo 16, 2025
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*No haré nada con maldad. De lo que yo me ocupo es demasiado grande para manejarlo maliciosamente”. Abraham Lincoln a un Unionista de Luisiana (1862). Camelot.

LA TORTUOSA CASETA DE CAPUFE (PARTE II)

9:30 de la mañana. Tomo la autopista Orizaba-Córdoba, para ir a ver con mis propios ojos la caída de un muro peor que el de Berlín, la Caseta 045 de Capufe, que tantos quebrantos y tantos accidentes creó en los años en que aquí estuvo, como sanguijuela chupando sangre. Pensaba la noche de anoche llegar a las 00 horas y ver el momento cumbre cuando los empleados levantaban las plumas de cobro. No se pudo, porque Capufe se despidió con lo de siempre, un accidente de lamentables consecuencias, que tuvo detenido el tráfico de Córdoba a Orizaba por 4 horas, como en sus buenos tiempos. Eso es porque cuando se cobra se hace una cola que, por un lado llega a todo el Puente de Metlac, y por el otro cuatro kilómetros hacia Córdoba. Eso pasó ayer, un sobrino que venía me alertó que no llegara, porque de ida estaba fácil, pero el regreso muy canijo. Hoy fui en la mañana, le hice al López Dóriga que todos llevamos dentro y grabé un mensaje en mi Facebook y para las redes sociales. Era un triunfo de muchos, de los organismos empresariales, que siempre se la jugaron, de la sociedad civil, de transportistas y de autoridades municipales, al menos los alcaldes de Córdoba y Orizaba siempre estuvieron en línea directa. Eso se celebraba hoy en la mañana y algunos conductores tocaban alegres el claxon, ocurrió como cuando Reagan le dijo a Gorbachov: “Tire ese Muro”, y el Muro cayó. Aquí miles y miles le dijimos a Peña Nieto y su secretario pillín, el difunto Ruiz Esparza, que tirara ese Muro, pero no nos hacían caso, la pasta era la pasta. Y la lana que generaban en corrupción, un poco más. Una vez le tocó al presidente AMLO estar ahí parado una media hora. Y tuvo que haber sabido, pero fue la constancia de José Luis Palomares, director jurídico se SICT, quien le llevó bien la idea al secretario, Juan Nuño, y este al presidente para que dieran la orden de que esas plumas se levantaban. Ya la vi trabajando en operación libre, hay un par de trabajadores con sus franelas rojas agitándolas para que pasen. Algunos que no sabían se asombran, Yo Mero fui a Los Cafetales, las buenas gasolineras con sus restaurantes cerca de Córdoba y le dije al mesero: “Con lo que me ahorré, pagare el desayuno”. Ya no pude hacerme del último tiquet de cobro, porque no pude llegar anoche, pero quienes lo tengan, guárdenlo, quizá sirva para que dentro de 50 años los metan a una subasta en EBay como las estampitas del pelotero Babe Ruth, que logró costar una millonada en dólares. Nadie puede pararse el cuello, como lo intentó hacer el gobernador Cuitláhuac.

LAS ARDILLAS DEL GOBERNADOR CUITLAHUAC

Un garganta profunda, me llamó desde Ciudad de México y me explicaba que el gobernador de Veracruz, había intentado entrar a Palacio Nacional a ver al Preciso, acompañado de su segundo de a bordo. Lo recibió un ujier de confianza del presidente. Le dijo, no tienes cita ni estás agendado y… “¡No es Claudia!”. Cuando oyó eso pensó que era el tema de una canción, y llamó rápidamente a Radio Barrilito, para saber si tenían la melodía ‘No es Claudia’. El ujier le dijo, y vete a Veracruz y arregla la inseguridad que tienes, que diario sales en los noticieros nocturnos. Y por allí, ultima recomendación, date una vuelta a la caseta de Fortín y a ver qué haces. ¿Qué hizo? Se quitó la corbata en el camino y bajó para que le filmaran un pequeño video acompañado de un tuiter, que decía: “¡Se logró en la 4T! P.D. Ya sé que algunos les duele que vamos cumpliendo al pueblo. Hay muchas ardillas en los árboles de Orizaba jajaja”. Fin del texto.

No fue lejos por la respuesta, el periodista Luis E. Domínguez, le contestó en su mismo tuiter: “Hay Cuitláhuac… No era necesario que mostraras tu ardor. Toooodos supimos que tú querías que la caseta de Fortín siguiera cobrando. Y hasta dijiste que la ibas a ampliar. Así que las ardillas andan por tu rumbo”. Moles.

El gobernador no conoce ni Orizaba. Y la metáfora de las ardillas, solo él entendió a quién iba dirigida. En la antigüedad, en la era de los presidentes pasados, Los Pinos le llamaban donde iban las ardillas. Ahora es Museo. Aquí hay varias ardillas, por si quiere venir a darle de comer a algunas en el Parque López, otras he visto merodear por el campo de golf. Gracias, presidente AMLO, por la liberación de la caseta.

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